¡Oiga! Si usted es una persona diabética tipo 2 con enfermedad renal, esta información podría salvar su vida
Pablo es una persona diabética tipo 2, de 51 años de
edad y con alrededor de 15 de haber sido diagnosticado. Como muchos diabéticos,
sabe que, si no tiene su enfermedad bajo control, puede sufrir de problemas
serios en los ojos, en los pies y en el sistema nervioso.
Sin embargo, como muchos otros diabéticos tipo 2,
desconocía que existe otra complicación grave que puede comprometer seriamente
su calidad de vida y hasta provocarle la muerte: la enfermedad renal crónica.
Las cifras mundiales más recientes estiman que, del total
de personas diabéticas, el 90% están clasificadas como tipo 2; y, de estos, dos
de cada cinco; es decir, alrededor de un 40%, desarrollarán enfermedad renal
crónica.
¿Pablo podría estar entre ese 40%? Sí. Si presenta otros
factores de riesgo, como presión arterial alta, obesidad y sedentarismo;
además, si tiene sus niveles de azúcar en sangre descontrolados y en la medida
que avanzan los años de ser diabético.
La buena noticia es que las personas guatemaltecas
diabéticas tipo 2 que ya padecen de enfermedad renal crónica y tienen además
riesgo de eventos cardiovasculares y hospitalizaciones, tienen a su disposición
un nuevo medicamento de prescripción con receta médica: finerenona (principio
activo).
Si Pablo llegara a presentar enfermedad renal crónica, lo
que sucede en sus riñones es que los tejidos de estos órganos se vuelven
fibrosos y se inflaman; esto causa que pierdan su función de filtro. Es importante
recordar que los riñones se encargan de mantener al organismo equilibrado
sacando del cuerpo los desechos, manteniendo balanceados los líquidos internos,
y la presión sanguínea bajo control.
La finerenona bloquea la inflamación, reduce la fibrosis y
disminuye los niveles de albúmina (proteína cuya presencia en la orina,
evidencia el mal renal) en pacientes con enfermedad renal crónica y diabetes
tipo 2.
“Finerenona es una terapia indicada para adultos diabéticos
tipo 2 con enfermedad renal crónica. Lo que hace es bloquear la acción de
ciertas hormonas (esteroides) producidas por el cuerpo que pueden dañar al
corazón y a los riñones, bloqueando los procesos de inflamación y de fibrosis
en estos órganos”, explicó el Dr. Mauricio Chávez, Asesor Médico Cardiorrenal
en Bayer.
El médico agregó que Finerenona “puede reducir el riesgo de
que la enfermedad renal empeore y disminuye la necesidad de hospitalizaciones
por insuficiencia cardíaca, así como disminuye el riesgo de eventos
cardiovasculares”.
La enfermedad renal crónica en el paciente con
diabetes tipo 2 es una complicación muy grave de la diabetes y es importante
detectarla a tiempo para poder tratarla y darle al paciente vida con calidad.
En sus primeras etapas no presenta síntomas ni signos.
“El daño renal es silencioso; el paciente en general no va
a sentir nada. Muchas veces el paciente acude a su médico ya cuando tienen
algún síntoma y esto puede ser ya cuando el paciente empieza acumular líquido;
es decir, tiene la cara, los párpados, las manos hinchadas, tiene dificultades
para orinar u orina muy poco, presenta fatiga, náuseas, vómitos, picazón
constante en la piel. Estas son señales que se presentan cuando la enfermedad
ya está muy avanzada”, explicó el Dr. Chávez.
Cuando Pablo conoció sobre la enfermedad renal crónica, lo
primero que hizo fue hacerse los exámenes recomendados por su médico tratante
para detectarla: un examen de orina para ver si hay presencia de la proteína
albúmina; y, otro, llamado creatinina, para saber si sus riñones mantienen su
función de filtrado. Con los resultados, Pablo fue a valorarlos con médico
y la buena noticia es que, por ahora, todo está bien. Estos exámenes deberían
hacerse, al menos, una vez al año para que su médico tratante los valore y le
dé seguimiento a su enfermedad.
La enfermedad renal crónica en personas diabéticas que no
es tratada a tiempo y adecuadamente, puede empeorar y convertirse en una
insuficiencia renal terminal; el paciente entonces necesitará de una diálisis
periódica (tratamiento de la insuficiencia renal en fase terminal para eliminar
sustancias dañinas de la sangre cuando los riñones no lo pueden hacer); o,
recibir un trasplante de riñón para poder sobrevivir.
Como decíamos, Pablo podría estar entre el 40% de las
personas con diabetes que desarrollarán enfermedad renal crónica; y, si fuera
así, su expectativa de vida se reduciría en unos 16 años. Además, las personas
diabéticas que mueren debido a complicaciones de la enfermedad renal crónica
fallecen por infartos del corazón o el cerebro y otras causas cardiovasculares.
En Guatemala se estima que la prevalencia de la diabetes es
de 700 por cada 100.000 habitantes y hay unos 120.000 casos al 2020. En las
guatemaltecas, tiene una mayor incidencia 3:1 con respecto a los hombres y, a
partir de los 40 años, tiende a incrementarse.