466 millones de personas (5% de la población mundial) presentan una discapacidad auditiva y para el año 2050 se prevé sean 900 millones
Hoy FUNDAL informó sobre los temas de Sordera e
Hipoacusia con el objetivo de sensibilizar a la sociedad guatemalteca con relación
al cuidado de la audición.
Recordemos que el oído es el órgano encargado
de recoger las ondas sonoras y dirigirlas para que se transformen en impulsos
eléctricos y así llevar el estímulo hacia el cerebro en donde el sonido es
interpretado. Es uno de los sentidos altamente conectados con la comunicación,
por ende de vital importancia para las relaciones interpersonales y el
aprendizaje.
Por su parte la sordera se define como la pérdida
total de audición que impide el entendimiento del lenguaje oral con o sin
audífono. Esta se puede clasificar según
el grado de pérdida, lugar de la lesión y el momento en que se pierde la
audición.
Por otro lado tenemos la hipoacusia que es un
trastorno sensorial que consiste en la pérdida auditiva (incapacidad para
escuchar los sonidos), que dificulta el desarrollo del habla, el lenguaje y la
comunicación.
La forma de comunicación más natural y efectiva
para una persona sorda, es la lengua de señas que basa su metodología en
estímulos visuales.
FUNDAL desde el inicio de sus programas en 1998
ha generado las condiciones para que los estudiantes, sus familias y cualquier
guatemalteco deseoso de aprender este tipo de comunicación, lo haga dentro de
sus instalaciones. Actualmente están
ofreciendo cursos de Lengua de Señas en línea, que dan inicio el próximo 19 de
enero.
Dentro de las causas más comunes de la
discapacidad auditiva se pueden mencionar: factores hereditarios, infecciones
recurrentes del oído, meningitis, traumas, exposición permanente al ruido
excesivo, entre otras.
Al igual que cualquier otra discapacidad,
muchas de las barreras que afronta una persona sorda se pueden reducir mediante
la detección oportuna e intervención temprana. Esto incluye programas
especializados de educación y enseñanza en lengua de señas, el uso de
tecnologías de apoyo, por ejemplo, audífonos, implantes cocleares, subtítulos y
otros recursos que pueden servir de ayuda a las personas con discapacidad
auditiva de cualquier edad. Así mismo, las personas pueden mejorar su calidad
de vida mediante terapia de lenguaje, estimulación auditiva y otros servicios
complementarios.
De los 34 millones de niños que tienen sordera
o hipoacusia en el mundo, un 60%, es decir 20.4 millones, han adquirido esta
condición por causas prevenibles, esto según los datos expresados por la OMS.
América Latina y el Caribe representan el 9% de
la carga de la pérdida de la agudeza auditiva en el mundo. Aproximadamente la
mitad de todos los casos son fácilmente prevenibles o tratables, pero lamentablemente
muchos países carecen de las medidas para prevenir y tratar las pérdidas
auditivas.
Siendo FUNDAL una organización especializada en
discapacidad múltiple y sordoceguera, ha incluido en sus programas a
estudiantes con sordera asociada a otra discapacidad. Desde 1998 FUNDAL ha
atendido a más de 1,000 estudiantes. Solamente en el 2021, ofreció servicios a
105 estudiantes con sordera asociada a otra discapacidad, con una prevalencia
del 54% en niños y 46% en niñas.