Cámara de Industria de Guatemala (CIG)
presentó el Índice de Actividad Industrial (IAI), elaborado por Central
American Business Intelligence (CABI), el cual muestra que la industria
nacional sigue su camino hacia la recuperación: cierra enero de 2022 en 155.9,
un nivel que es 7.4% superior al registrado en el mismo periodo de tiempo del
2021, y prácticamente el mismo que se registró en octubre de 2021.
Tras tocar el máximo de la serie histórica en
diciembre, el índice arranca el año con la típica estacionalidad de enero a la
baja. En diciembre de 2021 se tocó el nivel de 167.2, el mayor de la historia,
el cual representa un incremento de casi 68% en el nivel de producción, en
relación a la fecha en la que inició el índice en enero de 2012 cuando tuvo un
valor de 100.
“Los últimos dos años muestran una
volatilidad inusual, en parte por dos eventos mundiales importantes: la
pandemia ocasionada por el COVID-19 y la crisis de precios globales. En marzo
de 2020, cuando se declaró la pandemia, el índice llegó a estar 17% arriba que
en diciembre del año pasado, mostrando la fuerte recuperación que experimentó
el país como líder regional en materia económica”, indica Paulo de León,
director de inteligencia de CABI.
En materia de crecimiento anual, el cierre
del 2021 del Índice CIG muestra un ritmo de crecimiento en torno a 7-8%,
similar a las expectativas del Banco de Guatemala (Banguat) y varios
prospectadores. Tres sectores registraron en enero caídas normales debido a la
estacionalidad del mes y el fenómeno de la inflación mundial que afecta los
costos de producción: la agroindustria y los altos precios de los productos de
exportación, así como el plástico, la salud y los metales.
Los principales temas en torno al desempeño
del índice de CIG son la recuperación económica, la normalización de patrones
de consumo y el crecimiento regional y mundial.
“La recuperación post COVID-19 en materia
económica está completa con el regreso de la movilidad normal en el país.
También, tras el cambio de patrones por el virus, las industrias menos
favorecidas están recuperando lo perdido y las favorecidas han empezado su
normalización. El crecimiento mundial, en especial de los socios de Guatemala
va para arriba y eso alienta el crecimiento local”, dice Raúl Bouscayrol,
vicepresidente de CIG.
Asimismo, la inflación todavía no ha tenido
un impacto fuerte sobre la cantidad demandada. Por el momento se visualiza un
impacto en los costos de producción que están ocasionando que los precios al
consumidor se incrementen. Los márgenes empresariales se están reduciendo, generando afectación a la liquidez.
¿Qué se espera en los próximos meses?
Para este 2022 se espera una desaceleración
mundial. “Los impactos de la inflación global golpearán al consumidor en
Guatemala, provocando que demande menos cantidades de la mayoría de productos,
lo que provocará desaceleración. La subida de tasas de interés en la mayoría de
bancos centrales del mundo inducirán menos actividad empresarial, de inversión,
de crédito y de consumo, causando y acentuando dicha desaceleración”, asegura
De León.
De igual forma, la crisis de precios que
inició en 2021 con la inyección de dinero, y la crisis de contenedores,
acompañada por la guerra Rusia y Ucrania, sigue siendo un elemento adicional de
incertidumbre en el panorama económico mundial por la importancia de ambos
países en la producción de commodities de comida, fertilizantes, metales y
energéticos.
El arranque de año fue auspicioso, aunque,
sin lugar a dudas, la crisis mundial de precios afectará en los siguientes
meses. Para el cierre del 2022, se espera que el índice de CIG se vuelva a
expandir a una tasa de crecimiento inferior a la registrada en el 2021. Se
espera un crecimiento en torno a 3-4%.
“La recuperación económica es un hecho para
el país y para el índice. En Cámara de Industria de Guatemala, seguiremos
trabajando y esforzándonos diariamente para asegurar la inversión y la
generación de empleos formales, lo cual garantiza una economía mucho más
estable”, indica Bouscayrol.
Aspectos técnicos del IAI
El IAI es un índice volumétrico de la
actividad económica de las industrias del país que se inició en enero del 2012
con un valor de 100, y se calcula con datos mensuales desde entonces. La
metodología usada puede ser modificada en el futuro para atender dinámicas
nuevas en el país, es por ello que la base cambiará cada cierto tiempo como es
normal en todos los indicadores calculados a nivel mundial.
Está compuesto por 14 sub índices que
resultan del ejercicio de agrupar a las más de 50 gremiales de la CIG en 14 sub
sectores. Para su creación fue necesario asumir un peso para cada uno de ellos
en base a los datos y conocimiento de los personeros de la CIG y miembros de
CABI. Se considera que estos pesos pueden cambiar en el futuro a medida que un
sub sector se expande o madure, y como todo índice se podrá re calcular.
Se usaron diferentes fuentes oficiales:
Superintendencia de Administración Tributaria
(SAT), Banguat, Instituto Nacional de
Estadística (INE) y Secretaría de Integración Económica Centroamericana
(SIECA). Como son indicadores proxy (que replican la actividad), están sujetos
a cierta incertidumbre. Esta metodología proxy es utilizada en la mayoría de
los indicadores económicos que se construyen en los países.