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En la economía guatemalteca, las mujeres juegan un papel muy importante, aunque todavía existe mucha desigualdad entre hombres y mujeres. Según la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos, la población económicamente activa, es de 6.7 millones de personas, de las cuales solo el 35.5% son mujeres.
Según los especialistas del Programa de Educación Financiera y Negocios “Aprende y Crece” de Banco Azteca, las mujeres guatemaltecas son exitosas en el mundo empresarial, pese a los obstáculos que tienen día a día. Sus habilidades financieras como el ahorro, el saber construir un presupuesto a mediano y largo plazo, les permite sacar adelante sus emprendimientos y sobre todo la economía familiar.
El ímpetu de las mujeres guatemaltecas, ayuda a la generación de empleos y poco a poco suman a la reducción de brechas de género.
A propósito, un nuevo estudio de CAF -Banco de Desarrollo de América Latina- aseguró que, para acortar las brechas de género en la región, es necesario promover un entorno financiero propicio en el que las mujeres confíen y se sientan seguras de comunicar sus necesidades, y para ello es importante potenciar la educación financiera, fortalecer las habilidades y capacidades de las mujeres, y crear productos financieros y no financieros con perspectiva de género que refuercen los negocios de las mujeres.
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Los especialistas del programa Aprende y Crece, tienen claro que existe la necesidad de crear sistemas de indicadores diferenciados entre hombres y mujeres para sacar mejor provecho y mejorar el acceso de la mujer al sector financiero, así como fortalecer la educación financiera en el manejo del dinero, el acceso responsable e informado al sistema crediticio, la autoconfianza de las mujeres y las capacidades digitales y de negociación para el emprendimiento.
Hoy en día las mujeres toman individualmente las decisiones sobre la gestión de las finanzas, cuando contribuyen al ingreso del hogar y tienen mayores niveles de educación financiera. En Banco Azteca Guatemala se trabaja constantemente en la implementación de programas de educación financiera para fomentar la participación de este género en la economía de cada país de la región.
La capacidad de
ahorro, la habilidad de estirar el dinero y armar presupuestos, hace que la
mujer se convierta en un pilar fundamental en el mejor manejo de la economía de
todo hogar y por supuesto de su comunidad.