Entre
los muchos casos de uso de movimientos de dinero habilitados por Visa Direct,
uno de mis favoritos es el de remesas transfronterizas, especialmente por el
efecto dominó positivo que desencadena. Como bien sabemos, a través de las
remesas, la entrada de dinero desde el exterior tiene en primer lugar un
impacto directo en la persona que recibe la remesa, pero ese es solo el
comienzo de una secuencia de eventos que energizan a toda la comunidad que
rodea a la persona. Esto incluye el pequeño mercado, la peluquería local o el
restaurante del vecindario, lo cual en última instancia impacta favorablemente
a toda la economía.
Sin
duda, la innovación en el movimiento de dinero ha
permitido una mayor velocidad, transparencia, conveniencia y ahorro de costos
para aquellos que dependen de las remesas. Hoy en día, el 53% de los
consumidores admiten haber recurrido a aplicaciones digitales para enviar y
recibir fondos en todo el mundo. Un estudio reciente publicado por Visa encuestó a más de 14.000 consumidores en
diez países diferentes (incluyendo México y Perú) y encontró que las remesas
digitales están superando rápidamente otras formas populares de movimiento de
dinero como ir a una sucursal física o enviar efectivo o cheques. Y eso se debe
a que está claro que soluciones digitales impulsadas en la región, por
plataformas de pago como Paysend, MACH, Kash y Palla –y habilitadas por Visa
Direct–, pueden resolver en gran medida los desafíos tradicionales de los pagos
físicos, que incluyen largas líneas de espera, tiempos de entrega lentos o
inciertos y procesos tediosos.
Las
remesas digitales con Visa Direct pueden llegar a más de 7 mil millones de
puntos finales en el mundo, ya sea a través de un número de tarjeta de débito,
una cuenta bancaria o una billetera digital. Desde Chile hasta Centroamérica,
nos hemos aliado con diferentes socios en la región para ofrecer soluciones de
remesas digitales a más personas en nuestros países. Por ejemplo, Kash está
usando la tecnología de Visa Direct para mover dinero más rápido en Panamá,
Nicaragua, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Guatemala. Y éste es solo el
comienzo.
En América Latina y el Caribe, en particular, la entrada de
remesas y la adopción de tecnologías digitales han sido exponenciales y
constantes. Por un lado, la revolución digital ha penetrado en todas las
facetas de la vida diaria, mientras que la actividad de remesas ha aumentado
continuamente. La
combinación de estos dos factores, están dando como resultado un cambio visible
en la preferencia y el comportamiento de los consumidores. De hecho, más del
70% de los remitentes de remesas en México y Perú prefieren métodos de pago
digitales a métodos físicos, lo que indica un aumento importante en la adopción
durante el último año. La tasa de adopción de los pagos digitales es tan alta
que pocos usuarios informan barreras al usar métodos de pago basados en apps
para mover su dinero. La seguridad también está desempeñando un papel importante;
según esta misma encuesta, muchos consumidores de América Latina consideran que
la tecnología digital basada en apps - cuando se usa para enviar y recibir
dinero - es “la opción viable más segura”.
A
pesar de algunas de las tendencias globales destacadas, como cambios notables
hacia una cultura digital y un aumento en la adopción, las remesas todavía
representan uno de los sectores más fragmentados de los servicios financieros
en términos de tecnología, modelos económicos, proveedores y experiencia del
usuario. Todo esto representa una oportunidad increíble. Con soluciones como
Visa Direct podemos ser agentes de cambio, reduciendo el costo de las remesas y
las transferencias de dinero entre pares y agregando eficiencias para facilitar
que más personas reciban dinero de una manera que les resulte más útil. Además,
nuestro trabajo con Visa Direct crea nuevas e innovadoras oportunidades para la
inclusión financiera, simplificando el proceso de movimiento de dinero y
dejando a menos personas fuera del sistema financiero global.
En Visa, empoderar a nuestros socios y remitentes globales y redefinir el panorama de las remesas es una prioridad vital. Para eso, mantenemos nuestro compromiso de colaborar con todos los actores del ecosistema para crear una red de remesas que ayude a prosperar a más personas en más lugares.