Nuevo estudio de Mastercard revela el impulso de la inclusión financiera en América Latina y destaca las brechas que faltan por cerrar
The State of Financial Inclusion post COVID-19 in Latin America and the Caribbean: New Opportunities for the Payments Ecosystem (El estado de la inclusión financiera después de COVID-19 en América Latina y el Caribe: nuevas oportunidades para el ecosistema de pagos), que demuestra la adopción generalizada de productos y servicios financieros digitales en siete países de América Latina (Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, México, Perú) y los desafíos que subsisten entre quienes todavía están fuera del sistema financiero. Realizado en conjunto con Americas Market Intelligence (AMI), el reporte destaca que, si bien la mayoría de los latinoamericanos tuvo acceso a productos financieros básicos entre 2020 y 2023, el 21% todavía está excluido.
“La
inclusión financiera es una prioridad, y va más allá del acceso. Para ser
verdaderamente exitosos, los servicios financieros tienen que ser ampliamente
aceptados. Ayudar a las personas y las comunidades a subir la escalera de la
inclusión financiera - del acceso al uso y más allá - es un elemento crítico en
el camino a alcanzar nuevos niveles de prosperidad económica”, dijo Marcela
Carrasco, Vicepresidente Senior de Desarollo de Mercado, Inclusión Financiera
para América Latina y el Caribe.
Lo que aprendimos a tres años de COVID:
La
mayoría de los latinoamericanos (79%) tiene acceso a servicios financieros
básicos, pero todavía hay margen para que logren un nivel más avanzado de
inclusión financiera.
Acceso
al crédito: Si bien 58% de los latinoamericanos tiene tarjeta de crédito,
apenas 3 de 10 tiene acceso a otras formas de crédito, como préstamos, seguros
o productos de inversión.
La
inclusión financiera no se distribuye de manera uniforme: sólo 59% de los
encuestados de bajos ingresos y 40% de los encuestados que viven en las afueras
de las grandes ciudades indicaron tener una cuenta.
Los
gobiernos nacionales desempeñaron un papel instrumental en la promoción de la
inclusión financiera: 15% de los encuestados indicó que accedió a su primera
cuenta de ahorro/depósito gracias a la digitalización de la asistencia
gubernamental.
Los
consumidores siguieron subiendo los peldaños de la escalera de la inclusión
financiera: adoptando productos como inversiones, seguros y soluciones Buy Now
Pay Later (Compre ahora, pague después) a mayor velocidad.
La
situación del las finanzas digitales y el dinero en efectivo:
Si
bien el uso de efectivo para los gastos de todos los días disminuyó en favor de
los métodos de pago digitales, los consumidores viven en una era en la que el
efectivo convive con los métodos de pagos digitales. 25% de los consultados
respondió que, antes de COVID, usaban efectivo para cubrir más del 75% de sus
gastos mensuales; en 2023 este número bajó a 15%.
El
uso de efectivo: En todos los países, se puede observar una baja en el uso de
efectivo para más de la mitad de los gastos mensuales de los consumidores.
Específicamente, Argentina reportó una disminución del 20%, Brasil y México
registran las reducciones más drásticas (-17%) y en Perú y El Salvador, sabidos
por estar en una etapa más temprana de digitalización, la reducción fue menos
dramática, con 8% y 5% respectivamente.
El
rol de la aceptación de los pagos: A pesar de esta baja alentadora, el dinero
en efectivo es todavía el método de pago diario más usado, lo que refleja el
importante papel que juegan los pequeños comercios y el transporte público en
la aceptación de los pagos digitales.
El
pivote digital de las pequeñas empresas: La mayoría de las pequeñas empresas
consultadas (92%) reportaron aceptar algún tipo de pago digital. Por mucho, el
método de pago más aceptado es P2P o transferencia bancaria (82%), seguidos por
los mercados en línea (33%) y el código QR (32%) en tercer lugar. Y, sin
embargo, estos números también indican altos niveles de informalidad y el uso
de cuentas personales, puesto que las plataformas mencionadas no requieren que
el comercio esté formalizado.
Incentivos
del ecosistema: Destronar al dinero en efectivo requiere de un examen más
detallado de parte de los proveedores de pagos digitales, para crear soluciones
que ofrezcan incentivos relevantes a los pagadores, los consumidores y los
comerciantes.
Teléfonos
móviles: Con una penetración del 80% en la región, la telefonía móvil ahora es
parte integral del proceso de pago: 88% de los consultados indicaron que usan
sus teléfonos celulares para realizar transacciones y la mayoría (55%) prefiere
usar un canal móvil para abrir una cuenta.
El
acceso a diferentes formas de crédito sigue siendo un componente esencial de la
inclusión financiera. Del mismo modo, los consultados subrayaron que el acceso
a la educación financiera es igual de importante, reforzando la idea de que la
inclusión financiera no se trata solamente de ofrecer productos, sino también
de entender a las poblaciones des bancarizadas y de ofrecerles beneficios
acordes a sus necesidades. A pesar de las brechas que todavía existen en
América Latina, los consumidores reportan que la inclusión financiera ha
impactado positivamente en sus vidas.
Cinco
lecciones para el ecosistema:
Los
proveedores de pagos de América Latina deben poner el foco en cinco áreas clave
para atraer más usuarios y potenciar la inclusión financiera.
Primero,
deben priorizar la personalización ofreciendo soluciones a medida para los
segmentos más postergados específicos, recurriendo a herramientas de gestión de
banca abierta y finanzas personales para sumar valor y relevancia.
Segundo,
necesitan concentrarse en el desarrollo de productos de crédito, creando
productos mejores que ofrezcan un acceso más fácil a préstamos personales y
tarjetas de crédito, y habilitando una calificación crediticia innovadora o
garantías creativas.
Los
proveedores también necesitan reorientar la educación financiera, apartándose
de los tradicionales cursos y talleres para proveer una educación invisible y
gamificada acorde a la aptitud financiera de cada segmento.
Los
proveedores de pago deben potenciar la conveniencia y crear incentivos,
centrándose en el ahorro de tiempo, adoptando un abordaje de ecosistema que
resuelva varios problemas al mismo tiempo, y productos de inversión simple que
ofrezcan liquidez, por citar sólo algunos.
Finalmente,
la continua colaboración entre el sector público y el privado es esencial para
mejorar la inclusión financiera, y los proveedores de pagos deben priorizar los
subsidios de colaboración, el transporte público y las políticas financieras
activas que procuran reducir el uso de efectivo.
Debido
a que la inclusión financiera es multidimensional, medir correctamente las
tasas de inclusión requiere de una visión regularmente actualizada que explore
el acceso del consumidor, el uso y el valor recibido, entre otros factores. El
corriente estudio evalúa estos matices a través de encuestas realizadas a más
de 2800 consumidores, de 25 entrevistas con compañías de servicios financieros
de la región, y analiza los cambios en el comportamiento del consumidor desde
su primer reporte de 2020.