El 1 de noviembre, el tradicional fiambre
vuelve a ser protagonista en las mesas guatemaltecas. Este emblemático platillo,
lleno de sabores, texturas y contrastes tiene su origen en la época colonial,
cuando las familias llevaban ofrendas de comida al cementerio para compartir
con sus seres queridos en el Día de Todos los Santos. Con el paso del tiempo,
los distintos platillos se mezclaron dando vida a una receta única que combina
embutidos, vegetales, quesos y encurtidos, dando lugar al tradicional fiambre
en sus versiones roja y blanca, símbolo de unión y tradición familiar.
Su
delicioso sabor puede realzarse aún más al acompañarlo con el vino adecuado.
Corchos, distribuidora de vinos en Guatemala ofrece las siguientes
recomendaciones para acompañar este tradicional platillo.
La armonía ideal para el fiambre rojo
Para el fiambre rojo, caracterizado
por su color vibrante, sabor intenso y notas ligeramente dulces aportadas por
las remolachas, embutidos curados y vinagretas especiadas, se recomienda
acompañar con los vinos Altos Las Hormigas Rosé y Doña Paula Pinot Noir, que
equilibran riqueza y resaltan la complejidad de sus ingredientes.
El Altos Las Hormigas Rosé aporta frescura, notas de frutos
rojos y una acidez vibrante que limpia el paladar entre cada bocado, mientras
que el Doña Paula Pinot Noir, con su estructura elegante, aromas a cereza y
sutiles toques de especias, complementa perfectamente la intensidad del fiambre
rojo sin opacarlo.
Equilibrio y frescura para el fiambre
blanco
El fiambre blanco, reconocido por su
perfil más aromático, fresco y ácido, en el que predominan carnes blancas,
vegetales y vinagretas suaves, se equilibra de forma ideal con los vinos Grand
Bateau Blanco, Casal Rosado y Casal Vinho Verde, que aportan notas cítricas,
florales y una textura ligera.
El Grand Bateau Blanco, ofrece aromas a frutas tropicales y un final mineral que realza la frescura del plato; el Casal Rosado brinda suavidad y un sutil toque afrutado que armoniza con el vinagre del caldillo; mientras que el Casal Vinho Verde, con su característico toque de acidez refrescante, potencia la ligereza del fiambre blanco y deja una sensación vivaz en el paladar.
“El
fiambre es un reflejo de nuestras tradiciones y de la diversidad que
caracteriza nuestro país. No hay dos iguales, pues cada familia le agrega su
toque y sazón especial; y eso lo hace único. Al acompañarlo con un buen vino,
cada versión encuentra su propio equilibrio y se transforma en una experiencia inolvidable”, expresó Juan José Sierra, Embajador de Cultura y Encargado del Canal
Directo de Corchos.

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