Los infostealers son un tipo de código malicioso que buscan robar información de manera silenciosa y que se convirtieron en una herramienta altamente utilizada por los ciberatacantes. Desde el laboratorio de ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, se identificaron múltiples campañas que tienen como carga útil (payload) final un infostealer. Dentro de las identificadas AsyncRAT es la más frecuente, pero también se utilizan familias como HoudRAT, Agent Tesla, LummaStealer o FormBook. Sin embargo, y según el ESET Threat Report H12025, SnakeStealer es la familia que mayor detección ha tenido en lo que va del 2025.
Esta familia hizo sus primeras apariciones en 2019. En sus primeras versiones utilizaba la plataforma Discord para alojar el stealer, que se descargaba luego de que la víctima interactuase con un archivo adjunto a un correo de phishing. Un factor en común en todos los años de vida de SnakeStealer es su modelo de negocio, basado en lo que se conoce como malware-as-a-service (MaaS) en el que los atacantes alquilan o venden el acceso a malware listo para usar, similar a un software comercial, pero en el mercado negro. Esto facilita que incluso personas con pocos conocimientos técnicos puedan lanzar campañas maliciosas aprovechando la infraestructura y soporte de desarrolladores especializados.
“SnakeStealer volvió a ganar popularidad en el ambiente cibercriminal, y no por casualidad: tras la caída de Agent Tesla, otro infostealer popular, sus propios operadores recomendaron a SnakeStealer como reemplazo en los canales de Telegram donde lo ofrecían como MaaS. Esto podría explicar por qué SnakeStealer pasó a ocupar el primer puesto en las detecciones de infostealers de manera tan rápida, siendo responsable de 1/5 de las mismas a nivel mundial, según la telemetría de ESET”, comenta Martina López, investigadora de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica.
Durante 2020 y 2021 este código malicioso vio su pico en cuanto a campañas desplegadas asociadas a él, pero, según ESET, sin ningún tipo de preferencia aparente con respecto a su geografía. El malware fue descubierto en distintos países del mundo, sin reportes de campañas completas en Latinoamérica.
Con el correr de los años, la forma en la que el payload llegaba a la víctima se fue diversificando, aunque el primer contacto se sigue dando mayormente mediante un adjunto vía phishing: desde el mismo payload comprimido con contraseña, pasando por archivos de tipo menos usuales (como RTF o ISO) como downloaders, o incluso empaquetado con otras amenazas. Desde ESET comentan que existen algunos casos reportados de SnakeStealer camuflado bajo cracks o aplicaciones falsas en la web, aunque parecen ser ocasiones esporádicas.
Entre las capacidades más utilizadas por
SnakeStealer, ESET destaca:
· Funcionalidades
evasivas, como matar procesos asociados con herramientas de seguridad, de
análisis de malware o debuggers en el equipo víctima, así como verificaciones
de hardware para descartar el uso de una máquina virtual.
· Persistencia
mediante la modificación de registros de arranque de Windows.
· Robo de
credenciales almacenadas en navegadores, bases de datos, clientes de correo o
chat (como Discord) y de redes WiFi.
· Captura
del portapapeles y keylogging.
· Toma de capturas de pantalla.
En cuanto a los mecanismos de exfiltración, el malware ofrece al atacante una variedad de métodos como la carga a un servidor usando el protocolo FTP, la publicación a un canal de Telegram mediante HTTP, o el envío de la información comprimida en un adjunto mediante correo electrónico.
Desde ESET comparten algunas buenas prácticas para
reducir el riesgo de infección:
·
Mantener
el sistema operativo y las aplicaciones actualizadas.
·
Utilizar software
de seguridad tanto en
computadoras como dispositivos móviles.
·
Desconfiar
de adjuntos y enlaces en correos o mensajes no solicitados. Si provienen de
alguna entidad o marca reconocida, contactarnos mediante algún medio oficial
para determinar la veracidad del mensaje.
·
Activar la
autenticación multifactor (MFA) en servicios y programas que lo permitan, para
evitar un acceso indebido en caso de que nuestra contraseña sea robada.
·
En caso de
sospecha de infección, cambiar todas las contraseñas desde otro dispositivo,
revocar sesiones ya abiertas y mantenerse alerta ante movimientos sospechosos
en cuentas.

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