La enfermedad renal crónica (ERC) es la disfunción progresiva de las unidades funcionales del riñón hasta que estos pierden su capacidad de filtrar sustancias dañinas y tóxicas para el cuerpo. Desafortunadamente, esta enfermedad no tiene síntomas hasta que los riñones están muy dañados y cuando es muy severo, pueden dejar de trabajar. En Guatemala, hasta el 2019 se tenía registrada una prevalencia de más de nueve mil pacientes a nivel nacional.
Para
poder sobrevivir, un paciente renal necesita recibir algún tipo de terapia de
purificación sanguínea, cuyo tratamiento le permita eliminar las sustancias
tóxicas acumuladas en la sangre que no pueden ser excretadas por la orina como
cualquier persona lo hace, debido a su condición médica. Para reemplazar la
pérdida de la función renal existen tres opciones de tratamiento que ayudan al
enfermo renal a sobrevivir: 1) Diálisis peritoneal, 2) Hemodiálisis y 3) Trasplante
de riñón.
En las primeras terapias, la persona necesita realizar su tratamiento al menos 3 veces a la semana, por 3 a 4 horas aproximadamente, para que pueda mantener su calidad de vida. En el caso del trasplante de riñón, según datos estadísticos, sólo en el Departamento de Nefrología y Trasplante Renal del Hospital General San Juan de Dios, hasta la fecha se han realizado alrededor de 700 intervenciones, desde que se inició el Programa de Trasplante Renal de Adultos, en 1992. Mientras este procedimiento sucede, el paciente debe adoptar la hemodiálisis para tratar la enfermedad.
Tratamientos
de la enfermedad renal
Durante la insuficiencia renal crónica, se recomienda la diálisis cuando los riñones no extraen los productos de desecho de forma adecuada. Decidirse a comenzar alguno de estos tipos de tratamientos no es fácil pues significa un gran cambio en el estilo de vida de la persona, entre ellas, el hecho de depender de las máquinas para poder vivir.
Existen
3 tipos de tratamiento a los que el enfermo renal puede optar, los cuales
varían según una serie de factores a considerar, como estadio de la enfermedad
renal, costos, estilos de vida, entre otros. Los tratamientos son:
Diálisis Peritoneal: este procedimiento se realiza en el paciente utilizando la membrana llamada peritoneo, que reviste el abdomen y recubre los órganos abdominales, por medio de la cual se puede filtrar con facilidad las sustancias presentes en la sangre, ayudando al paciente a eliminarlas y permitiéndole mejorar su calidad de vida.
Hemodiálisis: es un tratamiento de purificación sanguínea en el cual, la máquina de diálisis extrae la sangre del paciente y la bombea a través de un filtro conocido como dializador o “riñón artificial” y la devuelve al organismo. Es una terapia que ayuda a que el paciente se sienta mejor y viva más tiempo, pues ayuda a controlar la presión arterial y a equilibrar los minerales importantes en la sangre, particularmente el potasio, el sodio y el calcio.
La
preparación para la hemodiálisis comienza varias semanas o meses antes del
primer procedimiento. Se debe crear un acceso vascular para poder acceder con
facilidad al torrente sanguíneo. Este acceso permite que, por la misma vía, la sangre
sea extraída del cuerpo y luego regrese al cuerpo del paciente. Existen 2 tipos
de acceso:
Fístula
arteriovenosa. Es una conexión que se hace quirúrgicamente entre una
arteria y una vena, generalmente en el brazo que menos se utiliza. Es eficaz y
seguro sin embargo debe “madurar” para poder ser utilizada.
Catéter
venoso central. Para una hemodiálisis de urgencia, se inserta un catéter
temporal de doble lumen en la vena yugular o en la arteria subclavia que llega
hasta el corazón lo que permite llevar a cabo el tratamiento.
Conexión y desconexión: es extremadamente importante cuidar el sitio del acceso, tanto al iniciar como al finalizar el procedimiento para reducir la probabilidad de una infección u otras complicaciones.
Dializador o filtro: debe cumplir con ciertas características que son determinantes en la calidad del tratamiento y la depuración de la sangre: 1) Tamaño adecuado al peso y constitución física de cada paciente; 2) Membranas de alto flujo para que puedan eliminar una gran variedad de toxinas urémicas; 3) Libres de Bisfenol A (BPA), una sustancia química que afecta el sistema hormonal de las personas, el cual está presente en diversos materiales plásticos (algunos dializadores lo tienen en la carcasa de policarbonato o en las mismas membranas que son fabricadas con polisufona).
Trasplante
de riñón: es un procedimiento quirúrgico que consiste en colocar un riñón sano
de un donante vivo o fallecido en una persona cuyos riñones ya no funcionan
correctamente. Se realiza cuando la enfermedad renal del paciente se encuentra
en etapa terminal, es decir, cuando los riñones han perdido aproximadamente el
90% de su capacidad para funcionar normalmente. Sin embargo, el trasplante de
riñón no es una cura completamente garantizada ya que algunas formas de
enfermedad renal pueden volver después de un trasplante.
Mejorar
la calidad de vida del paciente renal
En
Guatemala se tiene registro que los departamentos con mayor incidencia de
pacientes con enfermedad renal crónica son Santa Rosa, Guatemala, Escuintla,
Jutiapa, Sacatepéquez, Suchitepéquez, Retalhuleu, El Progreso, Jalapa y
Quetzaltenango.
Las
personas que viven con enfermedad renal anhelan mantener su calidad de vida,
poder mantener su rol, su funcionamiento social y al mismo tiempo, tener una
apariencia normal y una sensación de control sobre su salud y bienestar. Cuando
una persona es diagnosticada con enfermedad renal resulta ser un gran desafío,
tanto para el paciente como para las personas que lo rodean, sin embargo, con el
tratamiento adecuado, el paciente renal crónico tiene la esperanza de llevar
una vida normal y de calidad, la cual debe ser constantemente acompañada de una
serie de cuidados especiales, educación alimentaria y seguimiento médico.