De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo, cobrando la vida de aproximadamente 19,9 millones de personas cada año. Estas enfermedades, que afectan el corazón y los vasos sanguíneos, engloban un variado espectro de patologías, incluyendo cardiopatías coronarias, enfermedades cerebrovasculares y cardiopatías reumáticas, entre otras.
En concordancia, la Organización Panamericana
de la Salud (OPS), destaca que, en la región de las Américas, aproximadamente, dos
millones de personas mueren a causa de las enfermedades cardiovasculares. Entre
los datos proporcionados por la OPS se revelan tasas de mortalidad relacionadas
a cardiopatía isquémica, con 73,6 muertes por 100.000 habitantes; ataque
cerebrovascular, con 32,3; y enfermedad cardíaca hipertensiva, con 10,61.
“Una de las principales causas de las
enfermedades cardiovasculares es la hipertensión arterial, que se presenta cuando
la presión de la sangre en los vasos sanguíneos es demasiado alta, esto quiere
decir superior a 140/90 mmHg o más. Además, el riesgo de sufrir de presión
arterial alta aumenta considerablemente cuando hay sobrepeso u obesidad, falta
de actividad física, ingesta excesiva de sal, consumo desmesurado de alcohol,
entre otras” resalta el Dr. Nelson
Rodriguez, director Médico de Medicina General para Centroamérica de Sanofi.
En Guatemala, la carga de enfermedades cardiovasculares afecta a una población que supera los 4.5 millones de personas, siendo la hipertensión arterial la condición predominante. Esta preocupante realidad se traduce en un aumento significativo de complicaciones graves, como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y la lamentable consecuencia de la insuficiencia renal crónica, que en muchos casos conduce a desenlaces fatales.
Entre 2005 y 2020, Guatemala experimentó un
alarmante aumento en la tasa de mortalidad debido a enfermedades
cardiovasculares. En 2005, esta tasa se situaba en 69.1 por cada 100,000
habitantes, mientras que para el 2020, esta cifra se disparó a 97.9, marcando
un incremento de más del 30%.
En 2020, el número total de muertes atribuibles
a enfermedades cardiovasculares ascendió a 17,622. De este trágico total, 7,754
personas sufrieron ataques cardíacos o infartos. Los derrames cerebrales
representaron otra causa significativa de muerte, con 1,881 personas
falleciendo debido a esta condición. La insuficiencia cardíaca también cobró su
peaje, con 1,550 víctimas. Además, se registraron otras causas de muerte
relacionadas con enfermedades cardiovasculares, como arritmias y problemas
arteriales periféricos, contribuyendo al sombrío panorama de la salud
cardiovascular en Guatemala.
Sanofi, la empresa farmacéutica con una amplia
trayectoria en descubrimientos científicos revolucionarios centrados en los
pacientes y sus familias presenta su campaña: “Escucha tu corazón”, a través de
la cual quiere generar conciencia sobre la importancia de adoptar hábitos de
vida saludable que contribuyan a mantener un corazón joven y sano, destacando
la importancia de prevenir y manejar adecuadamente los factores que
desencadenan las enfermedad cardiovasculares.
“Desde Sanofi queremos hacer un llamado a la
población para que puedan reconocer las señales de alerta que nos da nuestro
cuerpo, y en ese sentido, si es necesario, acudir a tiempo con el médico
tratante, con el fin de lograr un diagnóstico oportuno que permita la
adherencia con el tratamiento adecuado”, recalca el doctor Rodríguez.
Ante este panorama es importante que cada
persona tome medidas en pro de cuidar su salud y proteja su corazón, pues este
es el motor de vida de todos los seres humanos, algunas recomendaciones para
eso son:
Reducir el estrés: contar con horas adecuadas
de sueño y descanso, sumado a la práctica de técnicas de relajación, son
ideales para mantener sanos la mente y el cuerpo.
Actividad física: una de las maneras más
efectivas para mantener el corazón fuerte y sano es la practica regular de
ejercicio, este puede ser desde caminar hasta actividades de mayor esfuerzo. Es
recomendable realizar alguna actividad física por lo menos tres veces a la semana.
Alimentación saludable: la ingesta de alimentos frescos como frutas y verduras aporta en gran medida a la salud física; también es importante darles buena cocción a los alimentos, y mantener un consumo constante de agua, todo esto en pro de mantener una dieta balanceada, de esta manera es posible reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.