En
su compromiso con una atención médica integral, NIPRO Guatemala promueve
la nutrición como un componente esencial del autocuidado en pacientes con
enfermedad renal crónica. A través de programas de educación personalizada y
acompañamiento profesional, la empresa fortalece su enfoque multidisciplinario
hacia el bienestar de los pacientes, más allá del tratamiento clínico.
El
autocuidado no solo abarca el seguimiento médico, sino también las decisiones
cotidianas que los pacientes toman sobre su estilo de vida. Una alimentación
adecuada es un factor decisivo para mejorar la calidad de vida, reducir
complicaciones y favorecer la adherencia al tratamiento.
“Una
alimentación adecuada no es solo una decisión estética, es una herramienta
clínica fundamental. En pacientes renales, una dieta bien diseñada puede
reducir síntomas, prevenir crisis metabólicas y mejorar su energía diaria”, explicó Pamela Arias, nutricionista
de NIPRO Guatemala.
Alimentación
consciente: base del bienestar integral
La
nutrición impacta de manera directa en múltiples dimensiones de la salud. En
los pacientes con enfermedad renal, estos beneficios son especialmente
relevantes:
- Mejora
del estado de ánimo.
- Fortalecimiento
del sistema inmunológico.
- Mayor
energía y concentración.
- Prevención
de enfermedades crónicas asociadas.
- Regulación
del peso corporal.
Este enfoque está completamente alineado con el modelo de atención que desarrolla la Corporación Integral de Diálisis (CID), respaldada por NIPRO. En sus centros especializados, el equipo multidisciplinario ofrece atención médica de alta tecnología combinada con educación nutricional adaptada a cada paciente, reforzando un enfoque centrado en la persona.
Principios
de la nutrición como práctica de autocuidado
El
equipo de salud de NIPRO promueve prácticas sencillas pero efectivas que los
pacientes pueden adoptar para asumir un rol activo en su bienestar:
- Incorporar
alimentos variados de todos los grupos (frutas, verduras, cereales
integrales, proteínas y grasas saludables).
- Mantener
un equilibrio nutricional, sin eliminar grupos alimenticios de forma innecesaria.
- Asegurar
una hidratación adecuada, según la etapa de la enfermedad renal.
- Reducir
el consumo de ultraprocesados, azúcares añadidos y grasas trans.
Actualmente,
más de 1,200 pacientes en los centros de CID reciben orientación nutricional
periódica como parte de su tratamiento integral, lo que contribuye directamente
a mejorar sus indicadores clínicos y su bienestar diario.
“Nuestro
objetivo es que cada paciente se convierta en protagonista de su proceso de
salud. Desde lo que come hasta cómo lo hace, cada acción puede marcar la
diferencia”, añadió Pamela
Arias.



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