Aunque no hay una regulación completa, existen alternativas legales y nuevos modelo de negocio para impulsar a la industria del Cannabis

 

Estamos en el mes de la celebración del 4/20 y si bien es cierto que desde la década de los años 70 el movimiento y en consecuencia su celebración tomó importancia en Estados Unidos y Canadá, los seguidores de la cultura cannábica y actores involucrados en esta industria alrededor del  mundo,, realizan diversas actividades para generar conciencia y educación sobre los múltiples usos de la planta: en pro de impulsar su legalización y aprovechar las diferentes aplicaciones, ya sea para el mercado medicinal, industrial o recreativo.

A pesar de que en México no hay una apertura completa desde el punto de vista legal para el uso del cannabis en sus diferentes áreas, los principales actores globales de la industria no van a perder de vista al mercado mexicano, ya que es uno de los principales países de interés para la producción de cannabis para todos sus usos. No importa cuánto tiempo tardemos en tener una regulación ideal, México está en la mira.

Si hacemos un recuento, es relevante recordar que esta regulación es una asignatura pendiente. Actualmente seguimos en la misma situación, lo único que se ha implementado en el último año es el reglamento de la ley de cannabis medicinal que se aprobó desde el 2017.Asimismo, a finales del año pasado, sucedió que la empresa Xebra Brands consiguió un amparo de parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para poder sembrar, cosechar, cultivar, vender, transformar, importar y exportar cannabis no psicoactivo, mejor conocido como cáñamo.

Si bien el cáñamo con fines industriales no está explícitamente prohibido en la ley, no existe normas alrededor de la semilla y es en el tema de la agricultura es donde siempre estamos atorados aquí radica la relevancia del caso del amparo de Xebra Brands, porque aunque no está prohibido el cáñamo, la empresa no tendrá ningún problema al importar la semilla, registrarla en México y cultivarla.

Respecto al uso medicinal, contamos con una ley y un reglamento, que nos permite operar al 100% en términos legales. Este reglamento está muy enfocado en la industria farmacéutica, ya que sólo establece el desarrollo de dos categorías de productos: medicamentos farmacéuticos y medicamentos herbolarios. En ambos casos, es necesario contar con estudios clínicos y comprobar que funcionan para una condición específica: estos sólo se pueden adquirir con receta médica. En México ya hay laboratorios que están iniciando sus investigaciones y hay otros que ya las empezaron hace años, y es probable que para el año 2023 ya tengamos estos productos a la venta.

Lo que aún no queda claro es la regulación de los suplementos alimenticios, cosméticos, alimentos y bebidas, y es por eso que varias empresas han elegido la vía del amparo para poder vender productos con cannabinoides no psicoactivos, como es el caso de CBD Life y de Hemp Meds.

En cuanto al cáñamo con fines industriales, si bien no está prohibido tampoco hay una regulación clara: existen muchos huecos que no permiten avanzar rápidamente en impulsar una industria que tendrá el mayor impacto social, económico y ambiental en nuestro país.

Y ¿cuál es el escenario para el mercado recreativo del uso de la cannabis? Aquí no hay cambios, aunque cada año nos dicen que se discutirá su legalización, no pasa nada, y para los próximos años no visualizamos que haya un diálogo y la posibilidad de que se firme una ley de este tipo. Sin embargo, lo que sí podemos hacer como ciudadanos mexicanos mayores de edad es adquirir nuestro permiso para cultivar la planta en nuestra casa, es decir, a través de la jurisprudencia vemos que las personas hacen valer su derecho al autocultivo con fines personales.  Asimismo, un nuevo modelo que estamos viendo es la creación de asociaciones de cultivo o clubes cannábicos, que ya hay varias en México y va en aumento su presencia. Si una persona no sabe cómo cultivar se puede acercar a una asociación de cultivo para que otros cultiven por ella. Este modelo funciona a través de donaciones, de modo que no hay un tema de comercialización. Estos clubes cannábicos ya existen desde hace varios años en España y en México se van expandiendo.

Ante este panorama, quiero destacar las oportunidades: Tenemos vías alternas y el cáñamo industrial será nuestra entrada como país a la industria de la cannabis en general, será la punta de lanza que apoyará el impulso del uso de la planta y sus miles de aplicaciones.

México es un país destacado en cuanto a la maquila; en nuestro país se fabrican electrónicos, piezas de automóvil, plásticos, textiles, papel, cemento, entre muchos otros productos; ésta es una de las grandes ventajas que tenemos como país. Existen muchas industrias y maquilas que van a empezar a ver a derivados del cáñamo como un producto o ingrediente que les ayudará a sustituir algunos de los materiales con los que trabajaban tradicionalmente, de manera que si seguimos en ese camino y nos enfocamos más en la apertura del cáñamo industrial, vamos a empezar a abrir camino a los avances regulatorios.

En México se van a ver inversiones importantes, quizá no comparadas con las cifras de Colombia y otros países de Latinoamérica, pero poco a poco se van generando nuevas oportunidades y, gracias a la tecnología e innovación, se han creado nuevos modelos de negocios alrededor de la cannabis sin tener que tocar la planta, como son las criptomonedas, blockchain, crowdfunding y otras plataformas enfocadas en la educación y telemedicina.